Ciudades empáticas del futuro
abril 16, 2024
En el aniversario de Montevideo se invita a repensar el urbanismo, enfocándose en la interacción humana y reduciendo el rol del consumo. Inspirados por Bruno Latour e Izaskun Chinchilla, buscamos ciudades transparentes, con movilidad sostenible y espacios públicos inclusivos. Este enfoque dinámico refleja una sociedad abierta al cambio, promoviendo el bienestar y la cohesión comunitaria frente al dominio del automóvil.
Por Dr. Felipe Reyno, director de la carrera de Arquitectura, Diseño y Ambiente de la Universidad Católica del Uruguay
Este año, con la celebración del aniversario fundacional de Montevideo, surge una excelente oportunidad para reflexionar sobre la esencia de las ciudades.(1) Actualmente, nos encontramos reevaluando la perspectiva moderna sobre el urbanismo, optando por promover espacios diseñados para el encuentro y la interacción entre las personas, en lugar de centrarnos en los servicios y el consumo. Esta visión busca poner el bienestar humano y las relaciones comunitarias en el corazón de nuestro entorno urbano.
Desde esta perspectiva, resulta relevante considerar la visión de Bruno Latour respecto a los procesos científicos exitosos.(2) Latour destaca cómo, tras el éxito de un experimento, estos procesos suelen permanecer opacos, cerrados e incuestionables. Aplicando este razonamiento al contexto urbano, nos encontramos ante la posibilidad de abrir espacios para el diálogo. Las estrategias urbanas, aunque cuentan con mecanismos para demostrar su éxito, se hallan en un momento de transición hacia una mayor participación ciudadana y apertura en la comunicación municipal. Este movimiento hacia la transparencia busca revelar la complejidad y la imprevisibilidad inherentes a la creación de la ciudad. Latour utiliza el término “descajanegrización” para describir el proceso de hacer visibles aquellos procesos que antes eran opacos, aplicándolo en este contexto al desarrollo urbano.
Incorporando ejemplos prácticos de experimentación a pequeña escala, la arquitecta española Izaskun Chinchilla aboga por una “ciudad de los cuidados”,(3) que promueve un urbanismo de proximidad. Su propuesta prioriza los desplazamientos a pie, reduciendo el papel dominante del automóvil para dar mayor protagonismo a las personas y sus interacciones.
Complementando estas visiones iniciales sobre la configuración urbana, se plantea la idea de desplazar el foco de atención de la red de transporte privado, tal como sugiere Izaskun, hacia los desplazamientos a pie y el transporte público. Es fundamental adoptar un enfoque cultural integral, reemplazando el aislamiento y la segregación característicos del uso del automóvil privado por opciones de transporte público confiables, placenteras y eficientes. En este contexto es crucial recordar que muchas ciudades de América Latina se conceptualizaron como laboratorios del movimiento moderno. Ejemplos como Brasilia (Brasil) o La Plata (Argentina) se diseñaron bajo un paradigma centrado en el automóvil, concebido para moverse de manera libre y rápida a través de amplias avenidas. Adoptando esta perspectiva, la implementación de políticas enfocadas en promover una movilidad sostenible, privilegiando el uso de la bicicleta y reduciendo el espacio destinado al automóvil, emerge como una visión orientada hacia la construcción de las ciudades empáticas del futuro. Dedicar tiempo para el diálogo y el debate abierto a modificaciones refuerza esta idea, alentando una planificación urbana flexible y atenta a las necesidades de sus habitantes.
Otro aspecto crucial en el urbanismo es la relación entre la densidad poblacional y la construcción de edificios.(4) La proliferación de barrios privados en Canelones está generando un vaciamiento urbano y una segregación basada en un modelo de ciudad jardín, lo que conlleva serios problemas ambientales e infraestructurales. En este contexto, emerge la importancia de la calidad y diversidad del espacio público. Los defensores de la ciudad jardín en las periferias a menudo buscan un entorno de esparcimiento rural artificial, pero esta tendencia de migración hacia afuera reduce la población en las áreas centrales. Esto, a su vez, exige una revalorización de los espacios públicos en dichas zonas, fomentando un intercambio diverso y enriquecedor entre los distintos sectores de la sociedad. Concluyendo esta reflexión sobre las ciudades empáticas del futuro, deseo subrayar un punto evidente, pero fundamental: la ciudad, en su totalidad, es un reflejo de la sociedad en la que se inserta, siendo inherentemente abierta y susceptible al cambio, siempre que se alcancen consensos colectivos. Además, la ciudad no es un ente estático; puede incorporar, dentro de los procesos abiertos que Bruno Latour destaca, la capacidad de aprender de los errores y adaptarse a los cambios sobre la marcha. Este enfoque dinámico y flexible es esencial para alcanzar consensos, permitiéndonos construir y modificar simultáneamente.
1. 300 años en cuerpo y alma. https://montevideo300.uy
2. Latour, B. (2001). La ciencia en acción: cómo seguir a los científicos a través de la sociedad. Editorial Labor: Barcelona.
3. Chinchilla, I (2020). La ciudad de los cuidados. Editorial Los Libros de la Catarata.
4. Censo 2023 3.444.263 habitantes. https://www.gub.uy/instituto-nacional estadistica/comunicacion/noticias/poblacion-preliminar-3444263-habitantes