Palacio Salvo: propuestas para conservación de fachada
septiembre 14, 2020
Arquitectas Gianella Mussio, Gabriela Vázquez y Leticia Olivera Área de Patología, Instituto de la Construcción (IC), Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), UdelaR.
En 2019, tras un acuerdo entre Palacio Salvo SA y la UdelaR, se realizó un diagnóstico del icónico edificio.
El Palacio Salvo, inaugurado en 1928 y diseñado por el arquitecto Mario Palanti para albergar un hotel, fue de los primeros edificios en emplear hormigón armado para la resolución del sistema estructural, tecnología que le posibilitó alcanzar 100 metros de altura.
A excepción del revestimiento cerámico de las mansardas y del granito de la planta baja, el edificio presenta revoque símil piedra, una terminación de base cementicia, usual para la época, con la que se cubrieron aproximadamente 10.000 m2 de superficie. Las fachadas presentaban una profusa ornamentación que incluía grandes piezas decoradas.
El enclave urbano, la singularidad formal y estilística y la vasta historia sociocultural son algunos aspectos por los cuales el Palacio Salvo se ha convertido en el ícono de la ciudad de Montevideo. Sin embargo, el reconocimiento ha sido cuestionado durante décadas, principalmente desde la academia, tema que quedó formalmente laudado con la declaración de Monumento Histórico Nacional en 1996.
La preocupación actual de los propietarios y las autoridades departamentales ante los visibles síntomas de deterioro ha motivado diversas gestiones tendientes a revertir esta situación. En este marco, representantes del edificio solicitaron asistencia a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) que culminó con la firma de un acuerdo entre el Palacio Salvo SA y la Universidad de la República con el objetivo de realizar un diagnóstico de las lesiones que afectan a las fachadas exteriores. A partir de esta evaluación se obtendría un informe general de la problemática existente desde el punto de vista de la seguridad pública, así como también una propuesta sobre los Propuesta de intervención para la conservación de las fachadas del Palacio Salvo En 2019, tras un acuerdo entre Palacio Salvo SA y la UdelaR, se realizó un diagnóstico del icónico edificio. Arquitectas Gianella Mussio, Gabriela Vázquez y Leticia Olivera Área de Patología, Instituto de la Construcción (IC), Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU), UdelaR. 63 criterios para realizar los trabajos de reparación, que permitan revertir o detener los procesos patológicos ya iniciados.
La evaluación permitiría un informe general de la problemática de la seguridad pública y una propuesta sobre los criterios para realizar los trabajos de reparación
Con este fin se conformó un equipo coordinado desde el Área de Patología del Instituto de la Construcción que integró docentes del Departamento de Clima y Confort de la Arquitectura, del Instituto de Historia de la Arquitectura y del Departamento de Informática Aplicada al Diseño de la FADU y además docentes del Instituto de Estructuras y Transporte de Facultad de Ingeniería y del Instituto de Ciencias Geológicas de Facultad de Ciencias.
La metodología adoptada se basó en la aplicación de criterios técnicos con el fin de obtener los datos requeridos para la formulación del diagnóstico sobre el estado general de las fachadas.
A tales efectos se diseñaron e implementaron un conjunto de actividades que incluyeron el relevamiento a distancia del 100% de las fachadas complementado con la interpretación del registro fotográfico digital 4K obtenido a partir del video desde el aire realizado por el Departamento de Informática de FADU. Sobre esto último, se valora la utilidad de los vuelos de drones que permitieron tener imágenes frontales y de excelente definición de todo el volumen exterior.
En forma complementaria, se realizó un relevamiento en proximidad de una muestra de sectores previamente definidos en función de las características constructivas y compositivas, y de la ubicación relativa en el edificio.
Esta etapa permitió conocer aspectos dimensionales y constructivos de la envolvente e identificar y ubicar los distintos tipos de lesiones presentes en ella. Los resultados obtenidos comprenden gráficos de las tres fachadas del cuerpo principal y las cuatro de la torre, así como también cortes y plantas de detalles a diferentes escalas. Los recaudos elaborados sirvieron de soporte para mapear los tipos de lesiones registradas. Teniendo en cuenta que solo se disponía de recaudos incompletos del Permiso de Construcción y de planos de mensura del año 1964, estas piezas constituyen insumos imprescindibles para esta investigación y para las etapas futuras.
Además, se extrajeron muestras para realizar ensayos e implementaron técnicas auxiliares, en sitio y en laboratorio, con el propósito de caracterizar materiales y componentes, en particular el revoque símil piedra. De acuerdo a los lineamientos internacionales de intervención en bienes patrimoniales, prevaleció la aplicación de técnicas mínimamente destructivas.
El intercambio con los docentes de la Facultad de Ingeniería acerca de algunas de las lesiones identificadas contribuyó a elaborar un juicio preliminar sobre la incidencia de estas en el desempeño estructural de las fachadas.
En paralelo a estas actividades, el equipo docente del Instituto de Historia abordó la dimensión histórica del bien a partir del análisis e interpretación de datos provenientes de una exhaustiva revisión bibliográfica y búsqueda documental.
La información obtenida contribuyó al conocimiento de las características de los materiales y proveedores que intervinieron en la construcción del edificio, como lo son el granito de origen alemán que reviste las columnas y pilastras de planta baja, las mayólicas de las mansardas o el empleo de cemento portland de fabricación nacional. En particular, el análisis de los registros fotográficos tomados durante la ejecución de la obra permitió despejar dudas sobre la forma y disposición de algunos elementos estructurales, y así se evitó recurrir a cateos destructivos. Las fotografías históricas registraron la fauna y flora fantástica de las enormes piezas ornamentales y los momentos en que fueron retirados por razones de seguridad.
La investigación ha permitido identificar un conjunto de lesiones y las causas que afectan la totalidad de las fachadas. Sin pretender simplificar una situación compleja, tanto por su dimensión material como simbólica, se pueden reconocer dos tipos de afectaciones.
El envejecimiento natural, la interacción con el medioambiente, las intervenciones cuestionables desde el punto de vista de la conservación y la falta de acciones de mantenimiento son determinantes del estado actual de las fachadas
Por un lado, las lesiones de origen físico mecánico, químico o biológico, entre las cuales se destaca la humedad, la corrosión y los desprendimientos. La corrosión es la más crítica, por las implicancias asociadas a la pérdida de desempeño de los componentes estructurales, y las lesiones secundarias que promueve, en tanto los potenciales desprendimientos constituyen un riesgo a la seguridad pública.
Por otro, las múltiples afectaciones y alteraciones de origen antrópico que han provocado cambios irreversibles en la imagen del edificio, reconociendo también que en ocasiones promueven la aparición de las lesiones mencionadas en primer lugar.
El envejecimiento natural del edificio, la interacción de este con el medioambiente, las intervenciones cuestionables desde el punto de vista de la conservación y la falta de acciones de mantenimiento son determinantes del estado actual de las fachadas.
El informe es concluyente con respecto a la necesidad de revertir la situación actual. A tales efectos, se incluyó una propuesta de intervención planteada desde una mirada multidisciplinaria que contempla el análisis de los aspectos técnicos e históricos de forma tal que los resultados contribuyan a rescatar, preservar y conservar a futuro los valores del edificio.
En este sentido se recomendó implementar a corto plazo un conjunto de acciones de conservación curativa asociadas a la envolvente del edificio y al tratamiento de las fachadas. Se insistió además en que las mismas deberán ser definidas en el marco de un plan de conservación y manejo del Palacio Salvo, que asegure la gestión sostenible del bien patrimonial.