Retraso en permisos de construcción en Montevideo
mayo 3, 2021
A raíz de la emergencia sanitaria, las visitas al quinto piso de la Intendencia de Montevideo para solicitar los permisos de construcción fueron suspendidas. En su lugar se habilitó el trámite de manera digital. Esta modificación, sin embargo, ha generado importantes atrasos que impactan en el sector.
Por María José Fermi
Los tiempos son claves en la industria de la construcción: no importa si se es inversor, arquitecto, desarrollador, empresa constructora u obrero. Cumplir con los plazos y respetar el cronograma de un proyecto tiene consecuencias para todos los eslabones de la cadena. Uno de los puntos de partida importantes para que la maquinaria comience a andar es tener el permiso de construcción aprobado. Algo que hoy en Montevideo parece tener puesto el freno de mano.
A partir de la pandemia el procedimiento para solicitar las licencias cambió radicalmente al volcarse, como muchos otros aspectos de nuestra vida, a la virtualidad. La Intendencia de Montevideo (IM), ente responsable de revisar la documentación y otorgar los permisos para las obras, habilitó realizar el trámite electrónicamente. De esta manera, todos los requerimientos son presentados de forma digital y solamente al final del proceso se presentan en versión física.
La implementación del cambio de modalidad, aunque con gran potencial, no ha estado libre de contratiempos. “Se ha dado un cambio muy importante en todos los ámbitos y esto ha generado atrasos en los permisos de construcción”, detalla el arquitecto Álvaro Piña, desarrollador y directivo de la Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (Appcu) desde 2001. “Ahora no hay que agendarse, se pueden presentar los papeles a cualquier hora del día y eso no deja de ser una ventaja, pero existen demoras (…) Hay atrasos grandes; sabemos de casos de seis meses, hay casos de menos. A través de Appcu, y también en mi caso particular como técnico, podemos decir que las cosas demoran más de lo que nos gustaría”.
Piña comenta que en los últimos meses “desde el lado de la intendencia se ha hecho un esfuerzo, ha habido cambios y se ha mejorado, pero todavía los tiempos no son los ideales (…). Los plazos que se manejan no son los que necesita la actividad privada”.
EFECTO DOMINÓ
Los retrasos en las licencias de construcción tienen serias consecuencias para la industria. En primer lugar, desestimulan al inversor. “Hay negocios que se pierden por la demora en los permisos”, dice Piña. “Por ejemplo, el vendedor de una propiedad donde se va a realizar un proyecto está supeditado a la aprobación del permiso de construcción. No es fácil hacerle entender al inversor que hay demoras porque se tienen que esperar esos plazos tan largos y muchas veces hacen caer negocios”.
Para el desarrollador estos retrasos tienen especial injerencia en los negocios que incluyen inversión internacional. “Los tiempos son fundamentales si hay inversores extranjeros involucrados. Los que somos de Uruguay decimos ‘bueno, haremos el proyecto en otro lado’, pero la gente de afuera si ve que las cosas no funcionan simplemente se va”.
El estancamiento de las autorizaciones, por supuesto, también ocasiona la demora en el inicio de las obras y, en consecuencia, impacta en la creación de puestos de trabajo. “En este momento que por el contexto de la pandemia hay mucha desocupación, promover la inversión es fundamental”, señala Piña.
SOBRE SUELO FIRME
Para el arquitecto hay tres condiciones que deben estar aseguradas para que la inversión en la industria se vea incentivada: “para cualquier inversor, promotor o constructor lo más importante es la seguridad jurídica, que los plazos sean breves y tener reglas claras”.
En lo que corresponde a seguridad jurídica, existe preocupación en la gremial de promotores privados. “Si uno lee la letra chica de los permisos de construcción estos dicen que, en realidad, no están aprobados sino que quedan bajo responsabilidad del técnico. Nos movemos en un terreno muy embromado. La intendencia es la que dicta las normas, tiene los papeles a veces hasta seis meses, como dijimos, tiene tiempo suficiente para revisarlo para que cuando salga [el permiso] sea definitivo”, explica Piña.
Para el arquitecto, los privados pueden asumir determinados riesgos al inicio de los proyectos en caso de que exista premura, pero es fundamental que la autorización definitiva para la construcción llegue antes de que finalice la obra. “Se necesita una luz verde donde la IMM asume la responsabilidad de haber aprobado ese proyecto. Porque si no hasta el momento final, que es cuando el edificio ya está hecho, la intendencia no asume la responsabilidad de que el edificio está bien”.
Existen proyectos en Montevideo que llevan esperando alrededor de seis meses por los permisos de construcción.
Piña también hace hincapié en la medida cautelar que existe actualmente para la protección de inmuebles en las áreas del Centro, Cordón, Palermo y sectores de Tres Cruces y Parque Rodó. La disposición surgió con la intención de salvaguardar posibles edificaciones con valor patrimonial. Para ello, todos los proyectos dentro de esas zonas deben pasar por un filtro previo en la Unidad de Patrimonio. “A la demora del permiso de construcción se le suma más tiempo previo en Patrimonio. Esto está generando problemas para la concreción de proyectos”, comenta.
El arquitecto aclara que no se está en contra de la preservación del patrimonio, sino que lo que se busca es actuar sobre certezas. “Lo importante es tener las cosas claras. Según lo que hablamos con la IMM, la idea es que salga un listado con parámetros específicos. Si uno sabe que acá no se puede demoler o es necesario dejar una parte de la construcción existente, entonces el privado ya tiene claro qué tipos de proyectos son factibles o inviables y no se invierte tiempo ni trabajo planteando algo que no esté dentro de las normas”.
DE IDA Y VUELTA
Si algo rescata Piña de esta situación es el relacionamiento que se ha desarrollado con la intendencia. En los últimos meses, hubo reuniones entre la IM y actores de la industria como la Appcu y la CCU para intercambiar opiniones sobre la situación actual. “Hemos encontrado una excelente disposición desde la intendenta para abajo, incluyendo al director de Planificación (…)”. Incluso, explicó que se está generando un vínculo con una persona de la intendencia para que funja de nexo y se le puedan plantear los problemas desde el lado del sector. “Esto debería estar confirmándose próximamente. Somos muy optimistas en que se va a llegar a buen puerto con esta situación”, dijo el arquitecto.