Pegarse un tiro en el pie
julio 10, 2024
En los próximos meses los uruguayos elegiremos quién llevará las riendas del país. También tendremos que decidir en un plebiscito sobre la reforma de la seguridad social que, de aprobarse, pondrá en jaque el financiamiento de proyectos de infraestructura social y económica, implicará la pérdida de miles de puestos de trabajo en la industria de la construcción y desestabilizará la economía.
Por Ing. Alejandro Ruibal, presidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay
Al momento de escribir estas líneas la Corte Electoral había validado 251.724 firmas de ciudadanos que apoyan la realización de un plebiscito sobre la reforma de la seguridad social. Las firmas válidas requeridas para promover el referéndum son 276.151, es decir, un 10% del total de los habilitados.
El plebiscito impulsado desde el PIT-CNT para cambiar la estructura del sistema de seguridad social está muy cerca de contar con la cantidad de firmas necesarias. Posiblemente, con las próximas elecciones nacionales, los uruguayos tengamos que decidir si aprobar o no la modificación constitucional propuesta.
Expertos de todas las filas políticas aseguran que la reforma planteada llevaría al Uruguay a gastos que no será posible cubrir en el mediano y largo plazo. Problemas jurídicos, de financiamiento, de credibilidad, de sostenibilidad, entre otros. Un escenario que, indefectiblemente, obligaría a nuevos procesos de ajustes y modificaciones.
Más allá de otros problemas que puede traer apareja do, quiero poner el foco en las consecuencias catas tróficas que tendría la aprobación del plebiscito para la industria de la construcción. ¿Cuántos empleos se perderán, cuántos trabajadores se van a quedar sin su fuente laboral si los uruguayos decidimos eliminar las AFAP? ¿Cómo impactará en el sector la destrucción del mercado de valores?
En los últimos diez años el mercado de valores manejó 5.500 millones de dólares. La mitad se destinó a obras de construcción e infraestructura. Un razonamiento lineal y muy básico muestra que se generaron 3.600 empleos directos por año si consideramos únicamente el componente que invirtieron las AFAP en esos proyectos. Si a eso le sumamos la inversión de la empresa y la inversión de los organismos multilaterales que acompañan estas obras, estamos hablando de un impacto de casi el doble. Es decir que, de aprobarse el plebiscito, entre el 10% y el 15% de los empleos de la construcción no existirían porque se eliminarían todos esos proyectos que se ven en vialidad, vivienda, ferrocarril, energía, escuelas, centros educativos en el interior del país, entre otros. Proyectos que se construyeron con la reinversión de las AFAP. Además, sabemos que el 50% del mercado es de República AFAP. Parece un dato menor, pero no lo es en absoluto.
En definitiva, si ponemos el foco en los 250.000 trabajadores vinculados a la construcción, tenemos que visualizar que la posible aprobación del plebiscito le pega al eslabón más duro: el de la generación de empleo directo.
Entre 25.000 y 30.000 puestos de trabajo de la construcción desaparecerían si eliminamos la participación de las AFAP en el financiamiento de los proyectos.
Quiero decirlo sin vueltas. Entre 25.000 y 30.000 puestos de trabajo de la construcción van a caer si eliminamos la participación de las AFAP en el financiamiento de los proyectos. Es importante visualizar que son las AFAP quienes invierten en pesos, en unidades indexadas. Ese financiamiento no lo obtenemos por otro lado. Por eso es tan importante ser responsables y tener claras las posibles consecuencias de nuestras decisiones.
La construcción crea la capa física de la sociedad, el hardware, por tomar un concepto bien claro de los ingenieros informáticos. Luego viene el software, que lo concretan otras industrias y actores sociales, pero sin el hardware, lo demás no se puede desarrollar. Para llevarlo a términos concretos, además del brutal impacto en la pérdida de puestos de trabajo, la eliminación de las AFAP implicará que el Uruguay construirá menos infraestructura social: viviendas, hospitales, escuelas, cárceles. Construirá menos infraestructura económica: vialidad, ferrovías, puertos, aeropuertos, líneas de alta tensión, energía, telecomunicaciones, agua y saneamiento. Un impacto directo y negativo en el desarrollo de toda la sociedad.
Entendemos que es un tema crucial, que debemos abordar con seriedad y rigurosidad. Hay demasiado en juego. No solo miles de puestos de trabajo, sino la estabilidad económica del país.
Desde la cámara impulsamos la Agencia Nacional de Infraestructura, consolidamos el Consejo de Políticas de Infraestructura, generamos información precisa y relevante sobre el sector, solicitamos investigaciones para conocer los factores habilitantes para potenciar el desarrollo del hidrógeno verde como industria naciente, entre tantas otras cosas. Junto al sindicato generamos escenarios posibles de trabajo y desarrollo. Cada uno defiende con firmeza sus intereses para llegar a acuerdos que nos sirvan a todos. Somos proactivos, audaces y estamos convencidos de que podemos caminar con decisión, en orden y con eficiencia para construir un mejor Uruguay. Pero para avanzar, no podemos pegarnos un tiro en el pie. Y aprobar el plebiscito propuesto sería pegarnos un tiro en los dos pies.