Ambiciosos proyectos de infraestructura de OSE
octubre 21, 2021
Por María José Fermi
Este 2021 ha sido un año ambicioso para OSE: bajo el brazo tiene dos importantes proyectos que impactarán en el suministro de agua en el área metropolitana y el saneamiento de más de 120 localidades en el interior. ¿De qué tratan las obras y en qué etapa se encuentran? ¿Cómo funciona el mecanismo de iniciativas privadas bajo las cuales fueron propuestas?
En el despacho del presidente de la Administración Nacional de las Obras Sanitarias del Estado (OSE) una enorme foto acompaña al Ing. Raúl Montero. Allí, en blanco y negro, se observa cómo se trasladaban, en carretas tiradas por bueyes, los caños de hierro que se utilizarían en la construcción de la primera línea de agua corriente para Montevideo. Hoy, exactamente 150 años después, OSE trabaja en dos proyectos que también tendrán un gran impacto en la población del Uruguay: el plan de saneamiento del interior y una planta potabilizadora sobre el Río de la Plata.
El presidente de OSE explica que solo el 50% de los pobladores urbanos del interior cuentan con alcantarillado sanitario. El recientemente aprobado plan de saneamiento del interior –propuesto mediante el mecanismo de iniciativa privada de la Ley 17.555 (ver recuadro)– se convierte, entonces, en una oportunidad para “cubrir una deuda que el país tiene” con esos ciudadanos, dice Montero. No en vano el proyecto impactará a 560.000 personas y subirá la cobertura sanitaria hasta el 88% al intervenir en más de 120 localidades de todo Uruguay.
El proyecto, enfocado en poblados de más de 2.000 habitantes, también propone tratar el 100% del agua que recoja. “Actualmente, OSE no trata todos los líquidos residuales; hay un 25% que, así como lo recibe en sus cañerías, lo devuelve al ambiente. Esta iniciativa cubrirá las dos puntas a las que ataca el alcantarillado sanitario: alejará los líquidos residuales de las viviendas y los tratará para que no sean agresivos con el medio ambiente”.
El plan de saneamiento del interior incluye la construcción de “unas cuantas plantas de tratamiento y reforzar, también, casi 50 plantas” ya existentes. Se crearían 12.000 puestos de trabajo “respetando la presencia local en la mano de obra” a lo largo de cuatro años de ejecución. “La obra es muy grande, pero está conformada por muchas obras que son independientes entre sí. Es como si fueran 120 de ellas”, dice Montero.
La iniciativa fue presentada por un consorcio integrado por Saceem, Ciemsa, Teyma y Fast, y el valor de la inversión es de casi 1.000 millones de dólares. “Es una cifra muy importante no solo para OSE sino para el país. El presupuesto anual de OSE es de 400 millones de dólares y lo que tiene destinado para inversión anualmente es 70 millones”.
La inversión para el plan de saneamiento del interior es de unos 1.000 millones de dólares, mientras que para la toma de agua en San José es de alrededor de 200 millones.
MÁS Y MEJOR
La otra iniciativa para OSE es el proyecto Neptuno: la construcción de una planta potabilizadora en la costa del departamento de San José que permita combatir la fragilidad del sistema de suministro de agua potable a toda el área metropolitana.
Actualmente, el suministro depende de una sola cuenca, la del río Santa Lucía, y de una sola planta de producción, la de Aguas Corrientes. “El sistema se mostró muy al límite en varias ocasiones en lo que va de este siglo. En abril del año pasado, Montevideo tenía agua para 40, 50 días”, señala Montero. Con este proyecto lo que se busca es “crear una fuente complementaria independiente tanto de otra cuenca como de otra planta […] que nos dé más seguridad tanto en cantidad como en calidad de suministro de agua potable”. Así también se resolvería la problemática con la presencia de arsénico en el agua subterránea que alimenta a San José.
COOPERACIÓN PÚBLICO PRIVADA
En 2002 se promulgó la Ley 17.555 de reactivación económica. En ella, se le permite al sector público recibir iniciativas privadas destinadas a la ejecución de obras públicas y la prestación de servicios mediante concesión u otras modalidades. Es así como se propusieron y aprobaron tanto el plan de saneamiento del interior como el proyecto Neptuno. En un primer momento, el privado presenta la iniciativa (asumiendo él los riesgos de elaboración). El ente público la evalúa y, en caso de aprobarla, se inicia la etapa de estudio de factibilidad donde se analizan aspectos técnicos, jurídicos y financieros. El costo es asumido por el promotor. Finalmente, se inicia un procedimiento competitivo (que puede ser una licitación o una subasta pública, por ejemplo) donde el privado contará con una bonificación frente al resto de competidores de entre 5 y 20%. En caso de no ser elegido inicialmente, el promotor tiene la posibilidad de mejorar la oferta ganadora. Si, en cambio, el promotor no se presentara al procedimiento competitivo se le reembolsarán los costos del estudio de factibilidad que estén debidamente documentados.
La propuesta privada, presentada por un consorcio entre Saceem, Ciemsa, Berkes y Fast, parte de una idea que “ya se manejaba desde los años 70” que busca construir una usina en una zona del Río de la Plata (que estaría en Arazatí). El gran desafío, explica Montero, es poder asegurar que la salinidad del agua sea admisible pues se trata de una planta potabilizadora convencional y no de una desalinizadora. “En la medida que nos alejamos de Montevideo hacia el oeste tenemos más seguridad de que el agua sea menos salada durante menos horas en el año, pero también se alarga la tubería y el costo del proyecto es muy sensible a ese factor”.
El proyecto, cuyo monto de inversión es de unos 200 millones de dólares, incluye una toma de agua bruta, una planta potabilizadora y la construcción de aproximadamente 80 kilómetros de tuberías para conectarla a la red metropolitana. La capacidad de suministro de agua potable ronda un tercio de lo que produce Aguas Corrientes: “El pico de Aguas Corrientes es un poquito menos de 700.000 m 3 por día; en la nueva planta estamos en 200.000 y algo de metros cúbicos por día”, dice Montero.
La ejecución de la obra tomaría entre 18 y 24 meses y arrancaría en 2022, pues el presidente de OSE comentó a Construcción que la etapa de factibilidad ya está bastante avanzada. “Esperamos que el fin de este año nos encuentre ya habiendo solucionado esta etapa y teniendo encaminado el procedimiento competitivo para, luego, encarar la ejecución de la obra”.
CÓMO FINANCIAR
La financiación del proyecto de saneamiento en el interior se sostendría sobre dos patas. La primera sería “fideicomisar los pagos [de los nuevos clientes] por las futuras conexiones a realizar y por el servicio de alcantarillado que genere la propia obra”; mientras que la segunda sería a través de una subvención estatal. En principio, “OSE dejaría de invertir [el monto que destina] anualmente en saneamiento y lo volcaría a este proyecto. Y, luego, parte de la factibilidad que hay que estudiar es de dónde provendría la subvención del Estado durante 20 años”, detalla Montero.
En el caso del proyecto Neptuno, el presidente de OSE señaló que se le ha pedido al consorcio que incluya diferentes tipos de posibles financiaciones en el estudio de factibilidad. Consultado sobre si podría contemplarse algún mecanismo de participación público privada o contrato Crema, Montero explicó: “No descarto ningún mecanismo siempre que esté encuadrado en el marco legal que nos rige”. Ambos procesos siguen su curso.