Los nuevos caminos de la inversión
agosto 2, 2023
UPM 2 hoy es una realidad y el Ferrocarril Central está a poco de concretarse. Si bien la expectativa por las plantas de hidrógeno verde enciende una luz en materia de grandes inversiones, el país necesita adecuar su normativa y expandir sus horizontes para atraer los capitales que muevan la industria. Ignacio Munyo, director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), dialogó con Construcción sobre las perspectivas a mediano y largo plazo.
Por Jorge Costigliolo
El futuro de las inversiones, una vez culminadas las grandes obras de los últimos años, no deja de ser una incertidumbre. Si bien la actual administración viene llevando adelante una importante tarea en materia de infraestructura pública, para el economista Ignacio Munyo ‒director del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres)‒ “es un gran tema [el después de] UPM 2” ya que serán necesarias “muchas inversiones para alcanzar los niveles de esa magnitud”.
“Ahora está la noticia del hidrógeno verde y esa es una línea de inversiones que pueden llegar al país, la de las energías renovables, que está muy en boga. Ahí veo un área clara y Uruguay cumple condiciones”, explica Munyo. No solo las condiciones naturales, sino la solidez institucional y jurídica, dado que este tipo de inversiones implican un horizonte temporal muy largo y no todos los países de la región pueden dar ese tipo de certezas. “Eso Uruguay lo tiene y vale mucho en el mundo”, subraya el economista.
Munyo cree que la visita del presidente Luis Lacalle Pou a Estados Unidos, donde se reunió con su homólogo Joe Biden a mediados de junio, puede ser una puerta de entrada para atraer nuevas inversiones, y también se muestra deseoso de un buen final para el demorado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Sin embargo, hay otros países ávidos por invertir, como India, Arabia Saudita y Emiratos Árabes, entre otros, que “no tienen idea de lo que es Uruguay”.
“Hay un desconocimiento muy grande. A nivel de inversiones hay que poner a Uruguay en el mapa con los instrumentos que el país tiene, generar intermediación entre los intereses empresariales y la concreción en el Uruguay”, señala.
En ese sentido, opina que habría que contar con una agencia de planificación de inversiones o, mejor aún, de atracción de inversiones. “Un inversor internacional sofisticado necesita una presentación de la empresa que no sea solo una carpeta, requiere otro nivel de información, de los flujos hacia el futuro. Todo eso sale caro. Hay que contratar a especialistas en la materia para poder generar el nivel requerido a escala internacional en los mercados más importantes”.
Para Munyo es esencial profesionalizar el manejo de la información, y muchas empresas, actualmente, están muy lejos de ello. Además, precisó, es necesario hacer un seguimiento de los intereses de inversión, “vender bien” y ofrecer facilidades para que las inversiones sean rentables, de la misma forma que se hizo con las plantas de celulosa. “Con la situación de baja competitividad que tenemos, si no tienen algún régimen especial, las inversiones no se pueden hacer. Eso hay que cuidarlo permanentemente”.
HECHA LA LEY
Otro ítem tan importante como el de atraer las inversiones es cómo gestionarlas. Munyo señala que la Ley de Participación Público-Privada (PPP) dio sus frutos, pero “tuvo un ida y vuelta” porque “se armó de una manera muy compleja” y, en ocasiones, fue engorrosa a la hora de implementar. “Ahora se ha ido por los contratos Cremaf, por otros caminos muy específicos para las obras de infraestructura”, dice, y añade que “lo importante es canalizar en invertir los recursos”.
EL DILEMA DEL DÓLAR
«El dólar está en una situación de atraso cambiario complicado”, comenta Munyo. “En Ceres calculamos que está un 25% por debajo de lo que debería estar, y esto genera un problema que, para resolverlo, hay que estar dispuestos a asumir conflictos que hoy no están planteados. Uno es el conflicto con la planificación macro y la inflación. Si el dólar subiera sería prácticamente imposible cumplir con el objetivo del 6% de inflación que tiene el Banco Central y, además, afectar el valor del dólar cambia el cálculo de todos los ajustes salariales, que ahora entran en una nueva ronda de negociación”. Para el director del Ceres no se vislumbran cambios sustanciales en el corto plazo. “Estamos en una situación problemática; de un costo-país muy elevado, de baja competitividad y que no creo que se modifique en el corto plazo. La salida de esto no es nada fácil”, subraya.
Más allá de la figura legal, el gran debe es hacer una simplificación de los requisitos para los inversores. Munyo recuerda que, un par de años atrás, Ceres presentó un informe al que apodaron “la Oficina Trancainversiones”, basado en un estudio detallado ‒y anónimo‒ en el que los consultados decían cuáles eran los organismos que extendían los plazos al máximo o, simplemente, encajonaban los proyectos. Sobre esa información se propuso una metodología ya probada en otros lugares, porque “es un problema común, incluso en países avanzados”, destaca.
“Se generan capas, una sobre otra: intendencias, DGI, BPS, Banco República, Banco de Seguros, LATU, y se podrían nombrar muchos más. Para eso hay una metodología llamada Deliverology, desarrollada en el Reino Unido, que hace que el sector público pueda ‘dar delivery’, dar entrega a las demandas del sector privado más rápido. Para eso hay que poner metodología, cabeza, profesionalidad y tiempo, tomárselo muy en serio e ir solucionando todas las oficinas, una por una”.
A su juicio, “hay que solucionar el flujo de la duplicación de trámites, que lo que genera es conflicto. Pero detrás de cada duplicación hay personas involucradas, hay puestos de trabajo artificiales, y eso implica una batalla que no es exclusiva del Uruguay. Eso se soluciona con una decisión contundente del gobierno de turno y se ponen muchos recursos a disposición. Y tiene que continuarse con el tiempo”.
ATENCIÓN AL RIESGO
En un mundo convulsionado, la gestión de riesgos es un problema cada vez más complicado y para muestra no basta más que un botón: en un par de años, Uruguay sintió el cimbronazo de la pandemia, primero, de la guerra en Ucrania después, y ahora es la sequía la que afecta la economía local.
“La gestión de riesgo es infinita y tiene muchos factores. Existen seguros para algunos de esos frentes, pero son muy caros. Creo que no hay una receta y depende de cada caso, de cada sector, de cada industria en particular”, apunta Munyo, quien señala que siempre hay que actuar con profesionalismo, trabajando con la mayor información disponible. “Eso implica estar atento a lo que pasa a nivel global, con cambios en precios y tasas internacionales. A nivel regional sigue importando mucho lo que está pasando en Brasil y Argentina, y hay que estar al tanto de la coyuntura global y regional”, dijo.
Eso sí, la certidumbre democrática y la estabilidad política del país es un atractivo por capitalizar. “En Uruguay el riesgo político es acotado. Hemos tenido, a lo largo de los últimos 37 años, una democracia ejemplar que no ha generado grandes disrupciones. Tenemos que ser conscientes de ese valor y trabajar para posicionarnos. Desarrollar la venta del país en el exterior asociado con la calidad institucional, con la democracia, que son cosas muy valoradas en el mundo occidental. Pero hay que trabajar en promoción de inversiones y hay que invertir en eso. Lo que muestran todos los estudios que se han hecho es que la inversión que se hace por parte de los gobiernos se termina repagando con creces con inversiones que llegan al país. Es una inversión tremendamente rentable. Creo que hay que avanzar por ese lado”, concluye el director del Ceres.
“A nivel de inversiones hay que poner a Uruguay en el mapa con los instrumentos que el país tiene, generar intermediación entre los intereses empresariales y la concreción en el Uruguay”.
Ec. Ignacio Munyo