Falero: “Es muy saludable que el Estado uruguayo tenga una visión de lo que Uruguay necesita con una mirada más allá de cinco años”
agosto 2, 2023
El ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, da su punto de vista sobre la inversión en vialidad, el debate alrededor de una agencia de infraestructura y su visión sobre el rubro de la construcción en Uruguay.
Por María José Fermi
“Estimo que de los 3.300 millones de dólares que tiene planificado el ministerio [para el plan vial] se va a estar superando el 90% terminado el período”, detalla el ministro de Transporte y Obras Públicas. En conversación con Construcción, José Luis Falero comenta sobre el trabajo de su cartera y el sector.
–Recientemente el ministerio aprobó una iniciativa privada para un tranvía desde Ciudad Vieja a El Pinar, ¿cuál es la visión de la cartera sobre la movilidad en Montevideo?
–Vemos con preocupación lo que es el ingreso y la salida de Montevideo no solamente hacia el este, también hacia el oeste. Hay una superpoblación en la red vial. Apareció una iniciativa de dos empresas uruguayas y una extranjera planteando generar un nuevo sistema de transporte, el tren-tram, que podría ayudar a reducir la congestión que hoy existe desde El Pinar hasta la Ciudad Vieja. La analizamos y vimos que podría calzar dentro de las necesidades que tienen tanto Montevideo como Canelones para disminuir la cantidad de vehículos que hay sobre las actuales vías de tránsito. Los costos de combustible que hoy tienen los ómnibus se verían reducidos en casi 4 millones de litros menos por año de subsidio que el gobierno nacional aporta a las intendencias. También hay unas 9.000 toneladas de reducción de CO2. Desde el punto de vista técnico le dimos validez y ahora estamos en el proceso de intercambios con las intendencias y factibilidad.
–Existen obras que se anuncian pero cuya concreción puede demorar, generando cierta incertidumbre para las empresas constructoras. ¿Cuáles de las obras anunciadas por el gobierno considera que efectivamente se concretarán?
–Tenemos varias; algunas aspiramos a que se terminen este año, como la obra del Ferrocarril Central. También tenemos obras en ejecución en la red vial en todo el país. Muchas son muy importantes porque generarán un descongestionamiento de rutas nacionales que están sobrecargadas; llámese Ruta 5, Ruta 8, Ruta 9; se hizo un tramo de Ruta 3 en doble vía que ya se terminó; se va a hacer lo propio en la Ruta 1 hacia Colonia. Todas estas no son obras que van a quedar en el camino, algunas ya están en ejecución, otras están en proceso de licitación y otras están para comenzar.
–Su cartera presentó un plan de obras viales bastante ambicioso, ¿cuánto de este ya ha sido implementado y cómo proyectan el resto de las obras pendientes?
–A la fecha, tenemos ya ejecutado en el entorno de 62% de las obras planificadas. Si todo sigue como viene –que vienen en ejecución la gran mayoría–, vamos a estar superando el 90% de lo proyectado.
–¿Cuáles han sido los principales desafíos de llevar a cabo un plan de esta magnitud?
–La fuerte articulación entre el sector público y el privado. Ha habido una muy buena participación de las empresas viales uruguayas, donde han demostrado una vez más que estaban a la altura de las circunstancias en un momento en que el país lo necesitaba. Muchas presentaron iniciativas privadas, hubo una fuerte participación en todos los procesos licitatorios y un cumplimiento de la ejecución de las obras de acuerdo con el cronograma trazado.
–Para este plan se han utilizado distintas herramientas de contratación, incluyendo los nuevos Cremaf. ¿Qué desafíos y oportunidades han visto en las herramientas aplicadas?
–Para lograr este plan de obras tuvimos que utilizar todas las herramientas financieras que existían e incorporamos una nueva, el Cremaf, hace un año y medio. Todas ellas están funcionando adecuadamente; algunas son más convenientes para la administración que otras, porque tienen menos costos. Por ejemplo, el Cremaf comparativamente con la PPP nos dio mejor resultado porque la extensión del plazo de mantenimiento fue menor. Eso permitió reducir los costos constructivos que eran, más que nada, costos burocráticos y no hacían a la ventaja ni de la empresa ni de la administración. Estamos muy contentos con el sistema Cremaf, pero también dimos continuidad a iniciativas de PPP planteadas en el gobierno anterior. No nos amputamos ninguna herramienta; tampoco las tradicionales obras públicas a través de la CND [Corporación Nacional para el Desarrollo]. Todas ellas, más la administración directa del ministerio, hacen que hoy estemos en obra prácticamente en todos los departamentos.
Para Falero, la articulación entre el sector público y privado era uno de los desafíos del plan vial. “Como gobierno debemos destacar el compromiso de las empresas uruguayas viales que han permitido que esta dimensión de obras se esté ejecutando con estos niveles de porcentaje de ejecución”, dijo.
–¿Considera que estas herramientas son suficientes para satisfacer las necesidades de infraestructura? ¿Estudian otras alternativas?
–Siempre estamos abiertos a analizar estas u otras herramientas financieras que se plantean. Puede aparecer alguna otra con más precisión de acuerdo al momento en que esté la administración. Si apareciera otra, la analizaríamos igual; no nos cerramos a nada. Lo importante es que las obras se concreten. ¿Por qué digo esto? Porque entendemos que ha habido un retraso en la red vial en los últimos años.
–El Día de la Construcción pasado declaró que veía la propuesta de la Cámara de la Construcción sobre una agencia de infraestructura como una herramienta necesaria. ¿Mantiene esa visión?
–Sin duda que sí, creo que es muy saludable que el Estado uruguayo, que somos todos –tanto los gobernantes transitorios como los operadores permanentes– tenga una visión de lo que Uruguay necesita con una mirada más allá de cinco años; por lo menos con una mirada de 15 o 20 años donde tener proyectos elaborados encima de la mesa. Las administraciones de cada momento determinarán si tomarlos o dejarlos. Ahí achicamos tiempo, que es saludable. Para que esto se concrete hemos tenido alguna reunión con las nuevas autoridades de la cámara.
–¿Casos como el atraso de las obras del Ferrocarril Central o, ahora, la crisis de abastecimiento de agua potable podrían haberse manejado mejor con una instancia de este tipo?
–Todo lo que el país tenga en su cartera de proyectos siempre es bienvenido por cualquier administración. Nosotros hemos utilizado proyectos de otras administraciones y los hemos puesto en marcha; después está la definición política de cada gobernante de llevarlo adelante o no.
–¿Qué cree usted que haría falta para que, efectivamente, una agencia de infraestructura pueda ver la luz?
–Hay que ver cómo se encuadra y bajo qué régimen para que el trabajo que se haga, tanto por los actores privados como públicos, no sea en vano. Ver de qué forma se le da un marco normativo de funcionamiento, y es en eso que se está trabajando ahora con la Cámara de la Construcción. Posiblemente tengamos alguna reunión en el correr de julio para ver de qué manera se puede cuadrar esto dentro de las necesidades que el país tiene.
–Este año terminarán las obras de UPM 2 y el Ferrocarril Central, ¿qué iniciativas se han impulsado para tratar de que la caída en ocupación no sea tan fuerte?
–Esta inversión del ministerio en obras se hizo justamente sopesando [esto]. A medida que bajaba UPM, la red vial iba aumentando y hoy la cantidad de aportantes de la construcción no se ha visto disminuida en forma significativa. Ha habido un cierto equilibrio. Además, el Estado no es solamente el Ministerio de Transporte; se ha presentado un plan de obras para el saneamiento de 77 localidades, se viene la obra del proyecto Arazatí. También hay una fuerte apuesta del Ministerio de Vivienda con el Plan Avanzar. La mirada, por lo menos a los próximos cinco años, nos hace pensar que habrá una cierta estabilidad en lo que hace a la construcción. Esto no para; necesidades siempre va a haber.
“Siempre estamos abiertos a analizar las herramientas financieras que se plantean (…). Lo importante es que las obras se concreten”.
Ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero
–Desde la CCU se habla de cierta desigualdad frente a empresas extranjeras en cuanto al pago de ciertas tasas e importación de productos. ¿Cuál es la postura del ministerio al respecto?
–No sé si en lo que refiere a nuestra cartera existe alguna desigualdad puntual; la desconozco. Lo que puedo decir es que toda la industria de la construcción vial hoy está trabajando, compitiendo, ganando licitaciones. Quizás en algún aspecto que yo desconozca en otro ministerio. En lo que refiere a nuestra cartera creo que no hay una competencia desleal ni injusticias que permitan que extranjeros puedan estar por encima de [empresas] uruguayas. Me atrevo a decir que el 90% de las obras que están construyéndose están en manos de empresas uruguayas.
–De aquí al término de su gestión, ¿a qué iniciativas, personalmente, le interesa darles mayor énfasis?
–Mi objetivo mayor es terminar con las dobles vías que hemos iniciado. Eso le dará una mayor seguridad vial al que transita por las rutas; tenemos más de 110 intervenciones entre rotondas, intercambiadores, dársenas. Reducir los accidentes de tránsito fatales es primordial para nuestra administración. También lo es trabajar en mejorar el acceso al turismo en verano. Este año estamos abocados a trabajar en el intercambiador de Parque del Plata (…) queremos hacer algo similar en el intercambiador de las rutas 8 y 9. Cuando me vaya quiero ver que la pandemia de los siniestros fatales se redujo. Ya se ha notado una mejoría: el último año redujimos casi un 12% y la idea es seguir hacia adelante.