Mirada al Fondo de Desarrollo del Interior
mayo 3, 2021
El Fondo de Desarrollo del Interior es una herramienta que ha tenido modificaciones en los últimos tiempos, permitiendo una coordinación más eficiente entre la OPP y las intendencias de todo el país. José Luis Falero, subdirector de OPP, y Carlos González, coordinador de inversiones de ese organismo, hablaron con Construcción sobre el trabajo de este fondo, sus objetivos y metas a futuro.
Por Felipe Miguel
El 2020 fue un año en el que todos tuvimos que ser ingeniosos para acortar las distancias que impuso la pandemia por COVID-19. La necesidad de buscar mecanismos para sentirnos más cerca se hizo clara a todo nivel, y la gestión de los organismos que desarrollan su tarea en todo el territorio nacional fue un punto fundamental. Por ello, desde la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP) tuvieron que agudizar sus recursos para implementar de la mejor manera programas como el Fondo de Desarrollo del Interior (FDI).
Este programa tiene como objetivo principal “promover el desarrollo regional o local del interior del país y favorecer la descentralización de actividades, a través del financiamiento de programas y planes”, según explica su sitio web. Carlos González, coordinador de inversiones de la OPP, indicó a Construcción que los proyectos que más comúnmente ven la luz a través de esta herramienta son los de consolidación de barrios; es decir, resolución de problemas de macro y micro drenajes, pavimentación, incorporación de veredas, cordones cuneta, espacios y alambrados públicos, entre otros.
CÓMO FUNCIONA EL FDI
El Fondo de Desarrollo del Interior se nutre principalmente de tributos nacionales recaudados en esos departamentos del país. El 60% se vuelca a ejecutar políticas de descentralización que llevan adelante los organismos que integran el Presupuesto Nacional, y el 40% restante lo ejecutan los gobiernos departamentales con algunas condiciones. De ese 40%, anualmente, al menos el 15% debe destinarse a proyectos en territorio municipalizado y el 3% a proyectos de desarrollo productivo. Los planes que reciben financiación lo hacen en un 85% por parte del fondo y el resto lo ponen los propios gobiernos departamentales. El reparto del monto asignado a cada departamento se hace por alícuotas definidas por algunos indicadores como superficie, población o porcentaje de hogares con carencias en las condiciones de vivienda.
EL CAMPO NO QUEDA AFUERA
Otro de los programas que lleva a cabo la OPP es el de Caminería Rural, cuyos fondos provienen de Rentas Generales, aunque algunos proyectos también son parcialmente financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Esto implica un mecanismo diferente al que se lleva adelante en el FDI: los pliegos de las contrataciones tienen especificaciones pactadas por el organismo internacional, por lo que las intendencias deben apegarse a ello. Este programa maneja un monto cercano a los 40 millones de dólares que se utilizan para cambiar el estándar de unos 20 a 30 kilómetros de caminos por año por intendencia. “Estamos hablando de más de 400 kilómetros por año que estamos encarando y pretendemos mantenerlo para todos los años de nuestra gestión”, indicó González
Para acceder a la financiación, las intendencias presentan proyectos, la OPP los evalúa y orienta desde un punto de vista técnico, y son aprobados cuando reciben luz verde de la Comisión Sectorial de Descentralización, ente integrado por seis ministerios e intendencias y coordinado por la OPP. Para 2021, el FDI tiene asignado un monto total de algo más de 2.195 millones de pesos, aproximadamente unos 50 millones de dólares. A eso se suma el 15% que ponen los gobiernos de los departamentos, con lo que la cifra se acerca más a 60 millones para invertir en proyectos en todo el país. José Luis Falero, subdirector de la OPP, explicó a Construcción que este año se ideó que las intendencias tuvieran el 40% disponible para ejecutar, ya que anteriormente era de 33%, y también incorporaron como contrapartida los porcentajes que tienen destinos prefijados.
“Lo que buscamos en este presupuesto fue que si uno suma ese dinero –el 40% de las intendencias más el 60% del gobierno nacional– se dé por primera vez una articulación de ese monto entre las partes y podamos concretar proyectos que tengan la participación de fondos de ambas partes, y de esa manera generar acciones de mayor relevancia en el territorio”, comentó Falero.
El relacionamiento de la OPP con las intendencias también ha tenido modificaciones para posibilitar un vínculo más cercano y dotarlas de mayor independencia y confianza. Por ejemplo, las reuniones con los jerarcas de distintos puntos del país se hicieron a través de videollamadas, y eso permitió acortar costos de traslado y tiempos de ejecución de coordinación. También se les dio mayor autonomía a los técnicos de cada departamento para evitar que los de Montevideo tuvieran que viajar a cada punto del territorio constantemente a controlar las obras. “El trabajo que se está dando ahora está teniendo resultados y estamos muy esperanzados en que podamos concretar las inversiones y no perdamos ningún dinero de estos fondos”, mencionó Falero.
Esto último se debe a que los montos son de ejecución anual y si no se emplean vuelven a Rentas Generales. “Es una particularidad que tiene el fondo, nos preocupa mucho y estamos trabajando en eso. El 2020 nos dejó muy satisfechos con que, pese a la situación muy complicada que atravesamos, pudimos lograr que las intendencias ejecutaran el 100% de los recursos”, señaló.
SACARLE EL JUGO
A través del FDI se ejecuta una media de cinco obras por departamento por año. En el presupuesto 2021, Canelones es el departamento con el mayor monto asignado, con algo más de 323 millones de pesos, y el último es Flores con aproximadamente 41,5 millones de pesos. En el año corriente, Artigas y Durazno son los que han tenido más planes aprobados con cinco cada uno, como el mantenimiento de la calle José Garibaldi de la ciudad de Artigas o la remodelación de la plaza Maestro Rural de la capital duraznense.
Quienes llevan el vínculo contractual en las obras realizadas a través del FDI son las propias intendencias. González indicó que esto se puede llevar a cabo a través de un tercero –vínculo que es supervisado desde la coordinación de inversiones de OPP– por parte de la propia administración o en calidad mixta.
Para 2021, los proyectos financiados a través del FDI tienen un monto de unos 60 millones de dólares disponibles, entre el propio fondo y lo que aportan los gobiernos departamentales.
SINERGIA Y PLANIFICACIÓN
Falero también destacó el trabajo que se hace a partir del Fondo de Incentivo a la Gestión Municipal (FIGM), que consta de unos 30 millones de dólares al año y que tuvo un cambio de orientación en sus proyectos. Los municipios solían presentar planes de mejoramiento de espacios verdes, juegos saludables, etc., que no tenían un fuerte impacto en las necesidades de infraestructura. Por otro lado, veían que los municipios reclamaban los aspectos de infraestructura dura a sus intendentes. “Como estamos dando un porcentaje del FDI a los municipios, les pedimos que mínimo el 50% de este fondo fuera invertido en obras que tienen que ver con el ABC de la gestión”, indicó Falero.
Otra cosa que también sucede es que algunos municipios suman el dinero del FIGM al del FDI y presentan proyectos más ambiciosos ante la OPP. Para Falero, esto “es un aporte más que se está haciendo a obras que de alguna manera transformen y consoliden distintos espacios urbanos o rurales”.
A su vez, una variante planteada por esta gestión en la OPP fue incentivar a las intendencias a que presentaran proyectos a más de un año. De esta forma, desde el gobierno nacional se tiene una hoja de ruta, un panorama claro de dónde están las necesidades más urgentes. “Eso también favorece a las empresas de la construcción, que muchas veces nos piden algo así y quieren saber hacia dónde vamos, no tanto en lo inmediato sino a mediano y largo plazo. Creo que puede resultar favorable para todas las partes”, indicó el subdirector de OPP.