Un problema cíclico que hoy es emergencia
julio 10, 2024
Tras una temporada de intensas lluvias, la caminería rural del país ‒sobre todo la del litoral‒ se vio afectada, dejando localidades aisladas y cosechas estancadas. El Poder Ejecutivo autorizó la inversión extraordinaria de 15 millones de dólares para reparaciones, así como la asistencia de equipos del Ministerio de Transporte y Obras Públicas a las diferentes intendencias. Sin embargo, los caminos de balastro presentan un problema cíclico de gran impacto ambiental que trasciende esta crisis puntual.
Por Alejandra Pintos
La humanidad avanza a pasos agigantados, las herramientas tecnológicas son cada vez más potentes y mejores, la Inteligencia Artificial (IA) genera ilusión y preocupación. Y, sin embargo, seguimos a merced del clima. Los fenómenos climáticos como lluvias, sequías, olas de calor y de frío pue den, hasta cierto punto, predecirse, pero no es demasiado lo que se puede hacer para prevenirlos. Solo queda prepararse lo mejor posible y gestionar las consecuencias.
“El carácter catastrófico de un fenómeno meteorológico no depende exclusivamente del valor extremo que ha tomado el elemento climático. Las particularidades geomorfológicas de la zona afectada, la distribución de la población, los usos del terreno y las prácticas inadecuadas e intervenciones humanas en el territorio juegan un papel esencial en la catástrofe”, analizó, en un informe difundido por nuestro Sistema Nacional de Emergencias, el licenciado en Ciencias Físicas y meteorólogo Carlos Almarza Mata, miembro del Instituto Nacional de Meteorología de España.
Así, pues, cuando en los primeros meses de este 2024 Uruguay se vio azotado por lluvias torrenciales los resultados fueron miles de personas desplazadas, cosechas perdidas y una caminería rural en mal estado, sobre todo en el departamento de Florida. Por esta razón, en mayo, el Poder Ejecutivo declaró la emergencia nacional vial con el objetivo de que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) pueda asignar recursos extraordinarios para la recuperación de los caminos rurales requeridos para poder llevar a cabo las últimas etapas de la cosecha de soja, un grano fundamental para las exportaciones del país.
Además, se encomendó la ejecución de obras al Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), a través de la Dirección Nacional de Vialidad. El MEF habilitó recursos para atender contrataciones directas y realizar las obras necesarias para mitigar y recuperar los daños ocasionados por las condiciones climáticas, de acuerdo con los relevamientos de cami}nería que se entregaron a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). El Poder Ejecutivo, además, autorizó un aporte extraordinario de 15 millones de dólares que se distribuyó entre las diferentes intendencias afectadas.
PLAN DE EMERGENCIA
El director nacional de Vialidad, Hernán Ciganda, explicó a Construcción que para el MTOP la emergencia vial inició una “cooperación con el litoral del país, productor y exportador de granos”. En ese sentido, agregó, se está “colaborando con arreglos puntuales de caminería para que se pueda sacar la zafra de cosecha, así como la producción de todos los días, que es la de los tambos”.
Ciganda subrayó que este apoyo es posible gracias a que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas invirtió en la compra de equipos para cada una de las once oficinas regionales que tiene la Dirección de Vialidad. Sin embargo, la cooperación, estima, será de “un mes y medio, o dos”, porque existen otras obras proyectadas que requieren del uso de estos equipos, como por ejemplo el mantenimiento de rutas en todo el país. “Las inclemencias climáticas no solo afectaron la caminería de las intendencias, sino que a nosotros (el MTOP) también nos han afectado fuertemente”.
De acuerdo con el director nacional de Vialidad, hay unos 5.000 kilómetros de caminería rural de balastro que dependen de las diferentes intendencias y que se han visto comprometidos por las intensas precipitaciones. Como resultado, existen zonas o localidades que han quedado prácticamente aisladas ‒y, por lo tanto, las consecuencias no solo tienen que ver con el sector productivo‒.
“Estamos trabajando en Young, Río Negro, Paysandú, Soriano, San José, Florida con más de un equipo. También en Rocha, que estaba en plena cosecha del arroz y no solo tuvo problema con ca minería que compete a la intendencia sino con una ruta nacional ‒la Ruta 15‒ que estuvo hasta con 20 cm de agua arriba; como no se detuvo el tránsito ocasionó un daño importante. Además, estamos cooperando con Canelones con material de cantera ‒porque esto también implica no solo colaborar con máquinas, sino hacer aportes de balastro‒. La declaración de emergencia nacional vial ha permitido un contacto más ágil con el Ministerio de Ambiente para tener habilitadas las canteras y acceder a los materiales”, señaló Ciganda.
PROBLEMA CÍCLICO
Los caminos de balastro son una solución a medias. Inevitablemente, con la lluvia, el viento, el sol y el tránsito de vehículos ‒sobre todo el de porte pesado‒, el material se deteriora y es necesario su mantenimiento periódico. Por lo tanto, aunque se reparen todos los caminos hoy, eventualmente volverán a ser un problema. Entonces, ¿existe una solución duradera?
Ante esta problemática, Ciganda comentó que “la política del Ministerio de Transporte y Obras Públicas es llegar al balastro cero. Hoy, el MTOP tiene unos 700 kilómetros de balastro y se pretende pavimentar antes de que termine este periodo de gobierno. Posiblemente se llegue, quedan muy pocos kilómetros. Otra cosa muy importante que ha adelantado el ministro ‒ya sea que siga esta administración o en la administración que venga‒ es el tomar una cantidad de kilómetros de caminería que hoy están en jurisdicción municipal y pasarlos a la órbita del MTOP. No es solo por las roturas, sino por la contaminación que genera el estar una vez por año agregando este material a las rutas”.
La pavimentación, además, genera mayor seguridad vial, ya que este material permite la señalización en ruta con carriles marcados. Asimismo, implica un menor grado de rotura y deterioro de los vehículos y un menor uso de combustible. Todos estos factores disminuyen el impacto medioambiental del transporte vehicular.
Estas obras entran dentro del presupuesto quinquenal del ministerio, que alcanza los 3.600 millones de dólares ‒el apoyo en la caminería rural tras la declaración de la emergencia nacional vial no implicó un gasto para el MTOP sino una reasignación de recursos‒. “Nosotros estamos con los recursos propios que ya teníamos, dejando de hacer trabajos en los lugares que podemos retrasar los mantenimientos de ruta”, dijo el director de Vialidad.
El plan de pavimentación, recalcó Ciganda, está llevándose a cabo gracias a la decisión del ministerio de realizar una fuerte inversión en vialidad durante este periodo. “El ministro José Luis Falero le ha dado importancia desde el primer día a lo que son los ingenieros regionales; y se viene equipando [las oficinas regionales] con maquinaria, con personal. De no haber sido así no habríamos podido hacer esta cooperación con las intendencias”, remató Ciganda. El trabajo, ya sea en rutas o en caminería, continúa.