De bloque en bloque
enero 25, 2021
Por María José Fermi
En el centro del país se construye un nuevo hotel cinco estrellas que, además de favorecer el desarrollo de otro polo turístico en Uruguay, marca un hito técnico a nivel constructivo: es la primera vez que se lleva a cabo la producción industrial modularizada.
Todos, en mayor o menos medida, sabemos lo que es armar un lego: encastrar bloque sobre bloque hasta construir lo que sea que nuestra imaginación y las piezas nos permitan. Conceptualmente, la construcción del hotel Midland en Paso de los Toros se asemeja muchísimo a esto. Se utiliza una fundación tradicional con bases de hormigón y una estructura metálica que servirá de apoyo para las habitaciones prefabricadas de forma industrial a cientos de kilómetros de distancia. ¿Cómo se llegó a la aplicación de este método constructivo no tradicional?
Este proyecto hotelero nació dentro de un contexto muy particular: satisfacer la necesidad de alojamiento en Paso de los Toros ocasionada por la construcción de la segunda planta de celulosa de UPM en Tacuarembó. “Una de las características del proyecto era que había que construirlo a velocidad récord: hacer un hotel de 100 habitaciones en un predio de 7 mil metros en el plazo de un año es antinatural”, explica Marcos Taranto, CEO de Stiler, constructores e inversores del Midland. “El desafío, entonces, era mantener un presupuesto controlado con una estética agradable acorde a un hotel de esta categoría, y lograrlo en el exigente plazo propuesto”.
ARMAR EL PUZLE
Con todas esas premisas en mente, el equipo técnico de Stiler, su gerenciadora Stiler Proyect Management y el estudio de arquitectura Olascoaga Souto buscaron desarrollar una propuesta que cumpliera con los requisitos. ¿La respuesta? Materializar un proceso de construcción modular industrial donde, de forma paralela, se trabaja la estructura principal en el terreno y se fabrican los módulos de habitación. Lo primero, por supuesto, en Paso de los Toros; lo segundo en una planta industrial en Canelones.
“Es un mecano, un puzle. Mientras en el terreno se están haciendo los movimientos de suelo, la infraestructura sanitaria, eléctrica y metálica principal, a su vez estás fabricando habitaciones de hotel de forma 100% industrial y modular”, explica Taranto.
Las habitaciones son construidas con una tecnología llamada Vantem que incluye un sistema de panelería con placas de óxido de magnesio y espuma de poliuretano. Esta se convierte en una especie de ‘caja’ autoportante que permite trasladar la habitación completa desde Canelones hasta Tacuarembó.
“La habitación sale de la planta industrial absolutamente terminada: con la instalación sanitaria, eléctrica, con la cerámica, los espejos, la mampara de baño, el aire acondicionado. Lleva hasta las cortinas”, detalló Taranto. El proceso de elaboración de cada habitación modular toma 10 días.
Una vez en Tacuarembó, las habitaciones son montadas sobre la estructura metálica de soporte a modo de “parilla” en el segundo y tercer nivel, dejando la planta baja libre. Posteriormente se montará el cerramiento vertical en paneles miniwave para dar terminación y hermeticidad al conjunto. Finalmente, se impermeabilizará la azotea.
“Es la primera vez que la construcción civil uruguaya se la juega por una producción industrial modularizada, algo que hoy en el mundo es tendencia pero que no había llegado a Uruguay”.
Marcos Taranto, Stiler
Taranto señala que “es la primera vez que la construcción civil se la juega por una producción industrial modularizada, algo que hoy en el mundo es tendencia pero que a Uruguay no había llegado. Esto obligó a la conceptualización de un proceso de construcción como una producción industrializable en serie”.
El objetivo de implementar este innovador método constructivo fue, por supuesto, buscar la mayor optimización de recursos tanto a nivel de presupuesto como de tiempo.
EN CAMINO
Además de Stiler, en el proyecto trabajan 25 subcontratos en paralelo, tanto en campo como en la planta industrial. La inversión es de 12 millones de dólares y se estima que trabajarán 150 personas en promedio a lo largo de la obra.
Como se mencionó, se manejan plazos bastante exigentes. “El proyecto implica tener 50 habitaciones prontas (la mitad del hotel) en 300 días, y en 370 días la totalidad del hotel”, dice Taranto. La ejecución de la obra se inició el 26 de junio de 2020.
El hotel Midland se desarrolla en tres plantas. La planta baja estará totalmente volcada a los servicios: salas de reuniones y conferencia, sala de juegos, bar y restaurante con salida a deck y vista al río. Además, un área de piscina y spa que contará con una piscina in-out, salas de masaje, sauna, gimnasio, etcétera. Los otros dos niveles tendrán 50 habitaciones cada uno.
Durante los primeros dos años el hotel tiene una demanda asegurada por UPM. “Para la etapa posterior se transformará en un hotel 5 estrellas all inclusive en el corazón del país, a orillas del río Negro, con una propuesta náutica y volcada a la naturaleza aprovechando las puestas de sol maravillosas”, concluye Taranto. Una apuesta por desarrollar otro polo en Uruguay volcado al turismo interno y al de la región de cercanía.