Intendente Besozzi reflexiona sobre el trabajo en infraestructura en Soriano
abril 16, 2024
Casi veinte años después de asumir su primer mandato como intendente de Soriano, Guillermo Besozzi lleva adelante su tercer período al frente del departamento. En entrevista con Construcción, reflexiona sobre el trabajo realizado, las lecciones aprendidas y los objetivos que aún quedan en el tintero para Soriano.
Tenía 43 años cuando debutó como intendente en 2005, cargo que ocupó de corrido hasta 2015 producto de su reelección. Luego de un periodo, volvió a su primer amor. Hoy, con 62, se propuso hacer cosas que le “habían quedado en el tintero y no cometer los mismos errores del pasado”. Tiene cuatro hijas mujeres y 11 nietos. Es amante de los caballos, exintegrante de la selección uruguaya de polo y ahora “chivea” en torneos locales. No le gusta inaugurar obras sino hacerlas, dice, y milita en el Partido Nacional desde la adolescencia.

–¿Qué le había quedado en el tintero y cuáles fueron los errores del pasado?
–Darle más atención al interior del departamento. Cuando nosotros desde acá gritamos la “des centralización de Montevideo hacia afuera”, a veces cometemos el mismo error en los departamentos con nuestras capitales y nuestro interior. Ese equilibrio no lo tuve en los primeros mandatos. Otro gran tema es la vivienda. Dije que iba a apostar a todos los programas habidos y por haber para que aparezcan viviendas para la gente. Y estoy cumpliendo con algo que me había propuesto: que las personas que ganan hasta 50 mil pesos puedan acceder a un terreno con servicios; no gratis, pero pagando muy poca plata. La intendencia accedió a unos terrenos destinados a realojos y van a quedar unos cien lotes para familias que no viven en asentamientos ni ganan 100 mil pesos, pero están en busca de una vivienda. Si hablamos de los errores, o de lo que no haría de vuelta, uno es el catamarán para 45 personas que surca las aguas del río Negro. Otro es el autódromo; si bien fue una obra espectacular, y Mercedes y Dolores se llenan cada vez que hay carreras, hoy apuntamos a otra cosa.
–¿A qué apuntan?
–Al Centro Deportivo Mercedes, ubicado en el estadio Luis Köster, con una superficie de 5.500 m2. El proyecto original diseñado por la gestión anterior (de Agustín Bascou) tuvo una reformulación y hoy cuenta con tres piscinas, una semiolímpica, otra para niños y una para actividades terapéuticas y de rehabilitación. También tiene salones multiuso para practicar deportes y otras actividades, y sectores con vestuarios, duchas y oficinas administrativas. Es una obra de casi 8 millones de dólares, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo de Desarrollo del Interior, que vamos a inaugurar entre junio y julio.
–¿Y el megaproyecto de acondicionamiento urbano que se ejecutará en la ciudad de Mercedes?
–Es una obra de un porte importante porque abarca una cantidad de kilómetros, desde el puerto hasta el Castillo de Mauá, toda la avenida Aparicio Saravia y el camino Olasagasti. Se van a ejecutar obras de infraestructura vial con pavimentación, construcción de sendas peatonales, ve redas, iluminación, arbolado. La inversión alcanza los 5 millones de dólares; se va a iniciar este año para terminar el próximo, y se financia con el Programa de Caminería Rural Productiva (de la OPP). Son dineros que llegan a la intendencia porque la ley así lo indica. Lo que recauda el gobierno nacional por los impuestos a la soja y el maíz de este departamento, que produce casi el 40% de los granos del país, lo devuelve con estos programas. Siempre es bueno recalcarlo.
PUENTE REFORZADO
El ensanche y refuerzo del puente Líber Seregni, sobre el río Negro, “es una obra excepcional. Existía un convenio firmado con UPM que establecía que el día que se utilizaran vehículos de un porte mayor a equis toneladas en las rutas, había que reformular los puentes”, explica el intendente. La obra incluyó el ensanche de la faja de rodaje vehicular que garantiza un tránsito más fluido, además de ciclovías y sendas peatonales. “Se formó un barrio muy grande del otro lado del río, en territorio de Río Negro, pero toda la actividad social y laboral de esa gente se desarrolla en Mercedes, entonces había un riesgo en el traslado en moto, bicicleta o caminando”.
–¿En qué estado se encuentran los proyectos de las dos terminales portuarias sobre la playa de la Agraciada?
–El tema de los puertos es un desvelo. Soriano tiene frontera con Argentina a través del río Uruguay, pero es el único departamento del litoral que no está unido por ninguna vía, ni fluvial ni terrestre. Acá existen lugares formidables para llevar adelante terminales portuarias. Ahora hay dos interesados: una firma paraguaya (Cargo Line) que está construyendo una papelera en Paraguay y planea sacar la celulosa por el río Uruguay, y otra empresa naviera de capitales argentinos, PTP Group, con puertos en varios países. Los dos compraron los terrenos, de 250 y 230 hectáreas, y están uno al lado del otro. Las inversiones rondan entre 100 y 150 millones de dólares cada una. Se viene trabajando firme, pero deben sortear un montón de instituciones públicas nacionales e internacionales. Yo estoy gestionando y apurando porque en el Estado a veces somos pesados.
–¿Se viene un cuarto período?
–Yo qué sé. Los jóvenes que tendrían que asumir, que hay varios y muy capaces, me dicen “hacé uno más y en la próxima intentamos nosotros”. En caso de seguir en política, lo haría en la intendencia. Ya veremos, todavía hay que esperar un poco.
–¿Qué le quedaría por hacer?
–La inversión; es un tema que no he podido sortear. Me cuesta entender que hayamos empezado a hablar de los proyectos portuarios dos años atrás y no hayamos avanzado lo suficiente. Me cuesta entender que hace tiempo vino a instalarse un argentino con el proyecto de un molino harinero, por distintos motivos no lo concretó en aquel momento y ahora que está decidido, la Ley de Ordenamiento Territorial cambió y no le permite instalarse porque el terreno está a 500 metros de un centro poblado. Tenemos esa mirada primermundista de a ratos que no aplica del todo en nuestro interior. Estamos a 280 kilómetros de la capital, entonces hay que darle una atención preferencial al inversor. Porque falta laburo. Con un techo, un trabajo digno y una familia que te contenga, tenés gran parte de la vida asegurada. No toda, pero sí gran parte.
